Transporte marítimo

La espina dorsal de las cadenas de suministro. El transporte marítimo es conocido como “el alma del comercio mundial”, y esto se debe a que representa más del 80% del volumen total del comercio, constituyendo un pilar fundamental en las cadenas de suministro a nivel global.

En España también lidera la exportación de mercancías, alcanzando el 73% de las toneladas transportadas desde 2021.

La descarbonización en el transporte marítimo presenta desafíos significativos, ya que requiere mucha energía para recorrer extensas distancias y transportar grandes volúmenes de carga.

El sector debe cumplir los requisitos del Reglamento ReFuel Maritime, que para el año 2030 ha fijado como objetivo una reducción de emisiones de CO2 del 6%, un 31% para 2040 y un 80% para 2050.

Esta iniciativa forma parte del paquete de medidas «Objetivo 55», que tiene por objeto permitir a la UE reducir sus emisiones netas de gases de efecto invernadero en al menos un 55 % para 2030, en comparación con los valores de 1990, y lograr la neutralidad climática en 2050.

Para conseguirlo, los combustibles renovables desempeñan un papel central, ya que cuentan con densidades energéticas que les dota de autonomías similares a los actuales, a diferencia de las baterías eléctricas, que tienen una autonomía limitada y una menor densidad energética.

Opciones para
descarbonizar las flotas

La vida útil de los barcos oscila entre 20 y 35 años, lo que significa que aquellos que están diseñados para usar combustibles fósiles seguirán navegando hasta al menos 2050, lo que obliga a buscar una alternativa que tenga un impacto mínimo en el acondicionamiento de las flotas actuales.

En este contexto, los combustibles renovables son cruciales para reemplazar el fuelóleo porque:

  • Requieren una inversión mínima para su uso en motores convencionales.
  • No es necesario modificar ni las naves ni las infraestructuras de tierra.

A día de hoy, los combustibles renovables mayoritariamente utilizados en puertos de todo el mundo, como Singapur, Algeciras o Rotterdam, son el biodiésel y el hidrobiodiésel. Esto se debe a que requieren una inversión mínima para utilizarlos en los motores actuales.

No obstante, otras alternativas de gran potencial para el transporte marítimo son el metanol renovable y el amoniaco verde, por su densidad energética. En la actualidad, se encuentran en operación navíos con motores combinados de fuelóleo y metanol, y se cuenta con la infraestructura necesaria para su uso en más de 110 puertos a nivel mundial, incluyendo 3 de las 20 terminales de contenedores en España (Algeciras, Bilbao y Tarragona).

El hidrógeno renovable también está contemplado como una opción, aunque en el medio-largo plazo. Aún tiene que superar desafíos importantes, pues debe utilizarse en estado líquido, lo que implicará grandes inversiones en plantas de licuefacción e infraestructura para almacenamiento y distribución.

METANOL

MetanolPuede ser producido sintéticamente o a partir de residuos sólidos urbanos, agrícolas o forestales.

HIDRÓGENO RENOVABLE

Hidrógeno renovableAún presenta desafíos significativos, puesto que su uso en forma líquida implica grandes inversiones en plantas de licuefacción y en infraestructuras para su almacenamiento y distribución.

A esto se suma que los barcos deben adaptarse para almacenar hidrógeno líquido en tanques criogénicos, lo que implica importantes cambios en el diseño de los mismos y sus sistemas de propulsión.

AMONIACO RENOVABLE

Amoníaco renovableEs una opción atractiva para el sector, pero requiere un mayor desarrollo tecnológico para su uso efectivo, debido al riesgo de emisiones de óxidos de nitrógeno y a los procedimientos de seguridad a bordo por a la toxicidad del amoniaco en caso de fugas.

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