El transporte de mercancías por carretera es la sangre que mantiene en funcionamiento la economía moderna, al menos mientras no fabriquemos muebles o automóviles con materiales virtuales o lleguemos a morder bytes en la cena (esto en inglés tendría su chispa). Este sector es esencial para el desarrollo económico mundial y debería ser considerado estratégico por cualquier gobierno con visión.